2 Reyes 4 - Biblia Dios Habla Hoy Latinoamericana (1996)

Libro de 2 Reyes
Capitulos:

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1 - Una de las mujeres de los hijos de los profetas clamó a Eliseo diciendo: –Tu siervo, mi marido, ha muerto, y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová. Pero el acreedor ha venido para llevarse a dos hijos míos como siervos.

2 - Eliseo le dijo: –¿Qué puedo yo hacer por ti? Dime qué tienes en tu casa. Ella respondió: –Tu sierva no tiene ninguna cosa en la casa, sino una vasija de aceite.

3 - Él le dijo: –Ve y pídeles vasijas prestadas a todos tus vecinos, vasijas vacías, todas las que puedas conseguir.

4 - Luego entra y enciérrate junto a tus hijos. Ve llenando todas las vasijas y poniendo aparte las que estén llenas.

5 - Se fue la mujer y se encerró con sus hijos. Ellos le traían las vasijas y ella echaba del aceite.

6 - Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a uno de sus hijos: –Tráeme otras vasijas. –No hay más vasijas –respondió él. Entonces cesó el aceite.

7 - Ella fue a contárselo al hombre de Dios, el cual dijo: –Ve, vende el aceite y paga a tus acreedores; tú y tus hijos vivid de lo que quede. {cf2super [1]}

8 - Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem, {cf2super [2]} y una mujer importante que allí vivía le invitó insistentemente a que se quedara a comer. Cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer.

9 - Entonces la mujer dijo a su marido: –Mira, yo sé que este que siempre pasa por nuestra casa es un santo hombre de Dios.

10 - Te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, pongamos allí una cama, una mesa, una silla y un cande labro, para que cuando él venga a visitarnos, se quede en él.

11 - Aconteció que un día vino él por allí, se quedó en aquel aposento y allí durmió.

12 - Entonces dijo a Giezi, su criado: –Llama a esta sunamita. El criado la llamó, y cuando ella se presentó ante él,

13 - Eliseo dijo a Giezi: –Dile: "Ciertamente te has mostrado solícita hacia nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército?" –Yo habito en medio de mi pueblo –respondió ella.

14 - –¿Qué, pues, haremos por ella? –dijo él. y Giezi respondió: –Ella no tiene hijos y su marido es viejo.

15 - –Llámala –dijo Eliseo. Él la llamó y ella se paró en la puerta.

16 - Entonces Eliseo le dijo: –El año que viene, por este tiempo, sostendrás un hijo en tus brazos. Ella dijo: –No, señor mío, varón de Dios, no te burles de tu sierva.

17 - Al año siguiente, la mujer concibió y dio a luz un hijo, {cf2super [3]} en el tiempo que Eliseo le había dicho.

18 - y el niño creció. Pero un día en que vino a ver a su padre, que estaba con los segadores,

19 - comenzó a gritarle: –¡Ay, mi cabeza, mi cabeza! –Llévalo a su madre –dijo el padre a un criado.

20 - Este lo tomó y lo llevó a su madre, la cual lo tuvo sentado sobre sus rodillas hasta el mediodía, cuando murió.

21 - Subió ella entonces, lo puso sobre la cama del hombre de Dios y , cerrando la puerta, salió.

22 - Luego llamó a su marido y le dijo: –Te ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo a ver al varón de Dios y regrese enseguida.

23 - –¿Para qué vas a verlo hoy? No es luna nueva ni día de reposo –dijo él. –Quédate tranquilo –respondió ella.

24 - Después hizo ensillar el asna, y dijo al criado: –Guía y adelante. No hagas que me detenga en el camino, sino cuando yo te lo diga.

25 - Partió, pues, y llegó al monte Carmelo, {cf2super [4]} donde estaba el varón de Dios. Cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su criado Giezi: –Ahí viene la sunamita.

26 - Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla y le digas: "¿Te va bien a ti? ¿Les va bien a tu marido y a tu hijo?" –Bien –dijo ella.

27 - Cuando llegó adonde estaba el varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Giezi se acercó para apartarla, pero el varón de Dios le dijo: –Déjala, porque su alma está muy angustiada y Jehová me ha ocultado el motivo; no me lo ha revelado.

28 - Ella dijo: –¿Acaso le pedí yo un hijo a mi señor? ¿No te dije yo que no te burlaras de mí?

29 - Eliseo dijo entonces a Giezi: –Ciñe tu cintura, toma mi bastón en tu mano y ve. Si te encuentras con alguien, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondas. Luego pondrás mi bastón sobre el rostro del niño.

30 - La madre del niño dijo: –¡Vive Jehová y vive tu alma, que no te dejaré!

31 - Eliseo se levantó entonces y la siguió. Giezi se había adelantado a ellos y había puesto el bastón sobre el rostro del niño, pero este no tenía voz ni daba señales de vida; así que volvió a encontrarse con Eliseo y le dijo: –El niño no despierta.

32 - Cuando Eliseo llegó a la casa, el niño y a estaba muerto, tendido sobre su cama.

33 - Entró él entonces, cerró la puerta detrás de ambos y oró a Jehová.

34 - Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas. Se tendió así sobre él y el cuerpo del niño entró en calor.

35 - Luego se levantó y se paseó por la casa de una a otra parte. Después subió y se tendió sobre el niño nuevamente. Entonces el niño estornudó siete veces y abrió sus ojos.

36 - Eliseo llamó a Giezi y le dijo: "Llama a la sunamita". Giezi la llamó y , cuando ella entró, él le dijo: "Toma tu hijo".

37 - Apenas ella entró, se echó a sus pies, postrada en tierra. Después tomó a su hijo y salió. {cf2super [5]}

38 - Eliseo volvió a Gilgal{cf2super [6]} cuando había mucha hambre en la tierra. Los hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo a su criado: "Pon una olla grande y haz potaje para los hijos de los profetas".

39 - Uno de ellos salió al campo a recoger hierbas, halló una como parra montés y llenó su falda de calabazas silvestres. Regresó y las rebanó en la olla del potaje, pues no sabía lo que era.

40 - Después sirvió para que comieran los hombres. Pero sucedió que al comer ellos de aquel guisado, empezaron a gritar: –¡Hombre de Dios, hay muerte en esa olla! y no se lo pudieron comer.

41 - Entonces Eliseo dijo: "Traed harina". La esparció en la olla y dijo: "Da de comer a la gente". y no había ya ningún mal en la olla.

42 - Llegó entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al hombre de Dios primicias de pan, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y Eliseo dijo: –Da a la gente para que coma.

43 - Su sirviente respondió: –¿Cómo podré servir esto a cien hombres? Pero Eliseo insistió: –Da a la gente para que coma, porque así ha dicho Jehová: "Comerán y sobrará".

44 - Entonces el criado les sirvió, ellos comieron y les sobró, conforme a la palabra de Jehová.